lunes, 12 de noviembre de 2007

Iron Maiden en Costa Rica

No voy a comenzar a entrar en detalles sobre fechas, lugares y horas porque a estas alturas el que me diga que no sabe que cuándo y dónde toca Maiden es o porque no le interesa el rock en lo más mínimo, o ha estado habitando algún paraje lunar los últimos veintidós días.

Quiero más bien referirme a la reacción inicial que ha tenido el público metalero del cual formo parte. Vale aclarar que no todos los que van a ver a Maiden se le puede considerar "metaleros". Aquí necesitamos hacer algunas reflexiones. Muchas personas que asistirán a ver a esta banda inglesa, los habrán escuchado en sus tiempos en que por casualidad sus hermanos mayores escuchaban a todo volumen a la banda y que por alguna razón retienen en su memoria las portadas, tachadas por muchos de demoníacas, y a su famosa mascota Eddie, de alguna forma tienen la inquietud de revivir esos sonidos. Personas que luego de escuchar qué había más allá de Maiden, simplemente decidieron no escudriñar más en el mundo del metal pesado pero que, de alguna u otra forma, guardan especial respeto y cariño por esta banda.

Está otro sector, del cual conozco varias personas, que irán a presenciar este espectáculo por eso, porque es un espectáculo, en el más amplio sentido de la palabra. Querrán regocijarse de la explosión que será para sus sentidos la puesta en escena de un recital musical lleno de una serie de elementos que simplemente no se volverán a ver en Costa Rica hasta dentro de mucho tiempo, si es que se volverá a ver un despliegue así.

Luego está el público que, por cuestiones de moda, se encargarán de ir para que no se diga que no fueron al concierto de la gente "ruda" de la gente "roquera", que irán algunos días antes del concierto a comprar camisetas, gorras y alguno que otro llavero o encendedor alusivos para que los demás vean que son seguidores de la banda.

No hablo de este tipo de individuos, que cada cual con sus razones, que de verdad respeto, sino de los que somos verdaderos aficionados a la música metal en todas sus manifestaciones.

Me hace reflexionar el hecho de que, contrario a lo que yo esperaba, el movimiento se ha visto con un sector de personas que no han recibido la visita de Iron Maiden con beneplácito. Y no hablo de gente que no conozca la escena metal en tiquicia, hablo de personas conocedoras de lo que significa tener a Iron Maiden en el país.

Yo por naturaleza soy una personas que respeto la opinión y decisión de los demás. Dicho esto, y dejando claro que lo que sigue es una opinión y que de ninguna manera quiero influir en la decisión de ir o no a un evento, sinceramente me parece muy extraño que haya dentro de los verdaderos metaleros quien no asista al concierto.

Un grupo de una trayectoria enorme, discos de altísima calidad lírica y musical, más de treinta años de tocar, experiencia en conciertos propia y de todos sus colaboradores, hacen imperdible este evento.

También entiendo que algunos simplemente no les gusta la banda, como diría algún individuo que habla inglés no es su "cup of tea" y por los cuales no van a pagar las cantidades de dinero, que se vislumbran astronómicas, para ver a Steve Harris y demás titanes.

Para concluir. Comento esto porque si me hubiesen preguntado qué iba a pasar en ese sentido, hubiese apostado que el público metal de Costa Rica, sin vacilar, hubiera asistido en su totalidad a este llamado.

Esto prueba que ni en la propia casa se sabe bien qué pueda pasar.

tom araya ha regresado!!!

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